miércoles, 9 de septiembre de 2015

me enseñaste



 Me enseñaste a amar la botánica, el olor y las propiedades de las plantas, aún recuerdo ese gran tratado de plantas medicinales que siempre tenías sobre tu mesa y que me encantaba abrir y leer.
Me enseñaste la valentía en su estado más puro, la importancia del trabajo bien hecho y de una sonrisa... siempre. Me enseñaste a que en esta vida todo tiene una gama de grises.
Quizás se te olvidó enseñarme a valorar lo que más importa, porque frente a tus ojos diste por sentado que ya lo hacía. Te echo de menos, tal día como hoy ya echo de menos tu ramo de flores de mañana. Ahora sonrío y puedo dar las gracias por haberlo tenido y tu llamada impaciente por si me había llegado.
Pero me enseñaste el valor que tiene la vida, el valor de las pequeñas cosas y de vivir bajo mínimos sin decir ni una palabra, porque "¿para qué...?" decías... (siempre con una sonrisa) y ahora me doy cuenta que quizás me enseñaste a algo más que a quererme, a algo más que a sonreir. Quizás, mi mejor regalo, sea la herencia de tu fortaleza.









                                                                      gràcies

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