lunes, 30 de marzo de 2015

prisionera de una libertad con barreras

de la luz tras una valla alta,
quizás demasiado alta
(ahora sé que lo fué).
me empeñé en recogerla, en guardarla y en enseñártela, 
tantas veces que inteé derribar una valla que no era mía,
y me olvidé de volar
de aprender a volar sola.
de quedarme con toda la luz que pudiera
para tí
... me volví prisionera de mi propia luz
porque quise dártela toda.




















soñando

con la columna vertebral sin protección, al descubierto el alma y con la textura de la arena pegada en los pies.
buscando otro mundo, un mundo inventado que no reinventado, desde el principio, con el frío calando en los huesos y el calor de la valentía en el alma.
sin pensar en nada más, en nadie más, vaciando la mente y guardando cada uno de los reflejos del sol.








... sólo eso, para qué más